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domingo, 3 de abril de 2016

Ser feliz en Alaska: lo nuevo de Rafael Santandreu

"Querido lector: te espero en el camino de la plenitud racional. No importa lo que tardes en recorrerlo, lo que cuenta es avanzar a un ritmo constante. No te detengas. Irás haciendo músculo mental y la vida se irá abriendo ante ti como un cerezo en flor. Ve puliendo tu mente. Sintonízate con la armonía una y otra vez. Escribe poemas a cada paso. Procura no pelearte ni indignarte jamás. Que la incomodidad sea terreno fértil para ti. El planeta te agradecerá tu nueva actitud y te recompensará con múltiples tesoros..."


Con estas palabras concluye el libro recién editado de Rafael Santandreu, uno de los psicólogos cognitivos más mediáticos y reconocidos del país.  Y con ellas, nos cita a encontrarnos en su camino hacia una vida más feliz y más plena.

Como en el yoga, nuestra felicidad se debe basar en comprender que no podemos buscarla ni centrarla en nada ni nadie que no seamos nosotros mismos, que debemos dejar de recordar el pasado y angustiarnos por el futuro, porque el momento de nuestra vida es únicamente el presente y que, indudablemente, debemos disfrutar de todo lo que nos rodea.

Por supuesto, a lo largo de las más de trescientas páginas de “Ser feliz en Alaska”, se profundiza con ejemplos, con líneas a seguir, con preceptos, lo que debe “armar” nuestra cabeza para que la tristeza, la depresión y la infelicidad no consigan arraigar en ella.

Conocí la obra de Rafael Santandreu por la recomendación de un gran amigo mío, profesor de yoga. Fue a través de un video de una conferencia ofrecida en 2012  en la Universidad Internacional de La Rioja. Tiempo después, ya en Málaga, pude asistir a una de sus presentaciones (Las gafas de la felicidad). En ambas exponía, con la misma frescura que ahora, esta forma suya de “quitarle importancia” a todo, para que nada nos pueda hacer infelices.

Vivimos en una sociedad envidiosa, mezquina, exigente…, donde parece que estúpidamente nuestra vida no puede ser completa si estás sin pareja, o no tienes coche o casa propia, o tu sueldo es modesto. Estas exigencias nos presionan hasta el límite de hacer preciso, en algunos casos, ponernos en manos de psicólogos para que refuercen nuestro espíritu y nos encaucen al camino de la lógica de una vida feliz.

Si seguimos a Santandreu, conseguiremos que nos dejen de afectar las inconveniencias diarias, la convivencia con los demás, las neuras de cada uno…incluso podríamos, dice Rafael, ser perfectamente felices con enfermedad y dolor. Y lo dice basándose en personas o casos que sirven de ejemplo de estas circunstancias vitales.

Indudablemente, las personas felices tienen que ser muy fuertes, tienen que amar también profundamente a quien los rodea, tienen que ser tolerantes con la incomodidad y los demás inconvenientes que puedan tener.

¿Se puede ser feliz en Alaska? Yo no tengo duda de ello. Según Rafael Santandreu se puede y debe ser feliz en cualquier lugar y circunstancia si tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas, pues todo lo demás es accesorio. Hasta la enfermedad y la muerte (incluida la propia) se debe afrontar con paz,  serenidad y felicidad…, siendo fuertes mentalmente todo puede ser disfrutado con plenitud y así deberíamos orientarnos.

“Cuentan que un turista en Israel quiso conocer al célebre rabino Hilel el Sabio. Cuando entró en su casa, le sorprendió ver que ésta consistía en una sola estancia llena de libros y un único taburete donde sentarse. El turista preguntó:
– Pero Rabí, ¿dónde están sus muebles?
–¿Y dónde están los tuyos? –replicó el sabio.
 –Pero yo estoy aquí de paso…
–¿Y cómo piensas que estoy yo? –concluyó el Rabí.”

Título: Ser feliz en Alaska. Mentes fuertes contra viento y marea.
Autor: Rafael Santandreu.
Editorial: Grijalbo.
P.V.P. Desde 16 € (9,49 € en versión electrónica).