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viernes, 16 de febrero de 2018

Mi yogasana favorita: Padmasana (el loto)

Padmasana, en 2014, durante un retiro de yoga Iyengar con Conchi Ruiz (Yoga Amitabha, Málaga).





Hace unas semanas, entre un grupo de compañeros practicantes de yoga, surgió la propuesta de elegir y describir nuestra asana favorita. Eso me ha facilitado escribir esta breve entrada sobre la mía, que es Padmasana. El loto. ¡Sí!, ¡es mi favorita!

Aquí os dejo lo expuesto:

MI YOGASANA PREFERIDA: PADMASANA


El  Hatha Yoga Pradipika describe padmasana y la práctica del control de la respiración en ella:

Estando en Padmasana y con las palmas de las manos colocadas una encima de la otra, fíjese firmemente la barbilla en el pecho y en contemplación de Brahman, contráigase frecuentemente el ano dirigiendo apana hacia arriba. Mediante similar contracción de la garganta, fuércese prana hacia abajo. Se obtiene así un inigualable conocimiento por la intervención de kundalini (que por este proceso es despertada). 

Padmasana, casi siempre, es la postura que asociamos al yoga, ya que es la base para la meditación o para los ejercicios de pranayama.
Su nombre común es la postura del “loto”,  y el loto “simboliza la evolución espiritual del hombre: las raíces en el barro representan su naturaleza interior, el tallo que se eleva a través del agua su búsqueda intuitiva, y la flor que se abre a la luz del sol, la autorrealización.” (Yoga, una guía para su práctica, Centro Sivananda Yoga. 1995).

Padmasana, en la sala de Ashtanga Yoga Conil (2017).

Ejecución:
Para ejecutar esta asana debemos sentarnos cómodamente con las piernas separadas en “V” .
Doblamos la pierna derecha colocando el empeine del pie, sobre el muslo izquierdo, si es posible, lo más arriba y cercano a la ingle. La planta del pie, debería orientarse hacia arriba. La rodilla derecha debe estar apoyada en la esterilla.
Después, suavemente, llevamos la pierna izquierda hacia nuestro cuerpo, sobre nuestra pierna derecha, de manera que el empeine del pie izquierdo quede cerca del inicio del muslo derecho, lo más cerca posible de la ingle.
Lo ideal es que los talones de ambos pies presionen sobre ambos lados del ombligo, en el abdomen inferior.
La posición de las manos puede variar, sobre las rodillas, con o sin mudra.

Beneficios: Proporciona una base estable para el cuerpo de cara a la meditación  o al pranayama. Se flexibilizan las rodillas, tobillos y abre la cadera. Facilita a su vez la circulación sanguínea en la zona lumbar y el abdomen, la columna vertebral y los órganos abdominales se tonifican.  Padmasana es una buena posición para practicar Mula Bandha.

Contraindicaciones:  lógicamente, no está indicada si tienes una lesión o dolencia en las rodillas o tobillos. Generalmente  es difícil de lograr cuando comenzamos a practicar yoga debido al sedentarismo de la vida moderna. Pueden doler las rodillas. Pero tras unos meses de práctica llegará a ser una postura agradable, en la que fácilmente podemos enderezar la columna empujando las rodillas hacia abajo. Hay que tener mucha consciencia para no lesionarse ya que involucra varias articulaciones, y las lesiones pueden venir por forzar o deshacerla inconscientemente.
Hay posturas sustitutas que nos pueden servir igualmente para la meditación o el pranayama como la postura cómoda (sukhasana) o la postura perfecta (siddhasana).


Padmasana nos abre los beneficios de otras muchas posturas, como:

Urdhva Padmasana (Loto elevado).

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Pindasana (el feto o embrión),

Pindasana, Carmen Peralto, vida sana y creativa


Tolasana/Utpluthih (La balanza).

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Lugar en la secuencia:
En ashtanga yoga, padmasana es una de las posturas de cierre, y es también la postura para el pranayama y la meditación; por tanto, su lugar en una clase de hatha yoga podría ser al principio, si incluimos una breve meditación, y al final, si hacemos algún pranayama.