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viernes, 15 de enero de 2021

Mantra de Invocación a Patañjali

Reproducimos el texto que Geeta S. Iyengar publica en el año 2000, dentro del llibro: "Yogadhara; In Commemoration of the 80th Birthday Celebration of Yocarya B.K.S. Iyengar", en ella nos explica el significado del Mantra de Invocación a Patanjali, que además se recita usualmente en cualquier clase de Yoga Iyengar.

  Ahora déjenme decirles acerca de la invocación a Patañjali, su significado y simbolismo.

 Ahora déjenme decirles acerca de la invocación a Patañjali, su significado y simbolismo. La invocación comienza con Aum. Aum es el sonido primordial, un adi nada (sonido original) melódico, sonoro y sublime. Las tres sílabas A, U, M representan la gama entera del sonido y la creación. Representan el despertar del sueño y de los estados letárgicos de la conciencia. La media luna simboliza el estado transcendental. Aum es pranava que significa elevado, insuperable alabanza al principio supremo, la divinidad. Según Patañjali esto simboliza Isvara, la divinidad "tasya vacakah pranavah”. Siendo la fuente de todas las energías Aum se expresa como un principio auspicioso. Ninguna actividad sagrada será completa, profunda y perfecta sin efectuar la suprema bendición y Aum es la mayor invocación para conseguirla.

Como la música es uno de los mejores medios para expresar sentimientos, amor y devoción, se comienza así con el Aum. La invocación que cantamos primero es como sigue:

Yogena cittasya padena vacam
malam sarirasya ca vaidyakena
yopakarottam pravaram muninam
Patanjalim pranjalir anato'smi

Significado: Al más noble de los sabios, Patañjali, que nos dio el yoga para la serenidad de la mente, la gramática para la pureza de la lengua y la medicina para la perfección del cuerpo, te saludo.

La segunda parte describe la imagen de Patañjali:

abahu purusakaram
sankha cakrasi dharinam
sahasra sirasam svetam
pranamami Patanjalim.

Significado: Primero te honro, Patañjali, en cuya parte superior tienes forma humana, en cuyos brazos sostienes una concha, un disco y una espada, quien estás coronado por una cobra de mil cabezas. ¡Oh! encarnación de Adisesa mi humilde saludo a ti.

Los autores de esta invocación son realmente desconocidos. Nunca fue la costumbre en aquellos días mencionar el nombre de uno mismo como autor o escritor. Sin embargo, algunos libros tradicionales mencionan que abahu purusakaram fue escrito por el rey Bhojadeva en el 1.100 d.C., autor de Rajamartanda Vrtti, un comentario de los Yoga Sutras.

Cada aspecto de la estatua de Patañjali lleva un significado como las intrincadas palabras de los sutras.


Cuando uno mira detenidamente a la imagen del Sabio Patañjali ve las tres espiras y media por debajo del ombligo. Las tres espiras indican el Pranava Aum, un símbolo místico que transmite el concepto de Dios como generador, organizador y destructor. Representándolo como omnipresente, omnipotente y omnisciente. Aum es compuesto de tres sílabas, A, U y M con una media luna y un punto sobre la cima. Las tres espiras completas simbolizan las sílabas, y la media espira, la media luna. También representan los tres gunas de prakriti (naturaleza), concretamente sattva, rajas y tamas, un modo de aspirar al estado de trigunatita, que es el estado trascendental. El Sabio Patañjali invita nuestra atención hacia los tres tipos de aflicciones, concretamente  adhyatmika, adhibhautika y adhidaivika, que deben ser vencidas siguiendo el camino del yoga. Las tres espiras indican que Él es un maestro del yoga, de la gramática y del ayurveda. La media espira indica el logro del estado de kaivalya (emancipación eterna).

La concha, en la mano izquierda, significa el estado de alerta, de atención y de disponibilidad para afrontar obstáculos, que son inevitables en la práctica del yoga. Antaño la concha fue hecha sonar como una llamada de advertencia para afrontar desastres o calamidades tal como hoy se hace con sirenas. Es también un símbolo de jnana (conocimiento).

El disco, en la mano derecha, significa la destrucción de la ignorancia con el esfuerzo supremo y es un símbolo de protección. La espada, escondida en la cintura, indica el recorte del ego, del orgullo o sentido del yo que es el principal obstáculo que cubre al ser puro. Es una espada de jnana para vencer a ajnana (ignorancia). Estas tres armas también son indicadas para controlar las fluctuaciones mentales, remover los obstáculos y erradicar las aflicciones a través de la práctica del yoga.

La capucha sobre la cabeza es una seguridad y una protección de Adisesa, el rey de las serpientes. Esta protección siempre está presente en el practicante, a condición de que él se rinda al Señor, que es representado en atmanjali mudra, las manos plegadas en namaskara. El Bhagavatam narra la historia del nacimiento del Señor Krsna. Puesto que Vasudeva fue alertado por los Dioses del cielo, que su octavo hijo Krsna sería asesinado por Kamsa, él toma al niño Krsna desde Mathura a Gokul para protegerlo del demonio Kamsa. El río Yamuna fue inundado mientras llovía a cántaros. En aquel cruce Adisesa protegió a Vasudeva y al niño Krsna sosteniendo la capucha sobre ellos como un paraguas, e hizo un camino exactamente en medio del río, de modo que Vasudeva pudiera cruzar el río fácilmente. El Señor Patañjali indica con su capucha, que Él es nuestro protector, a condición de que nosotros destruyamos los males ocultos dentro de nosotros por la espada del yoga, purificándonos con el Sadhana yóguico.

Vasudeva, llevando en brazos a su hijo Krishna sobre las aguas del río Yamuna.

Las mil cabezas de cobra, sahasra sirasam svetam, indican que Patañjali se muestra como mitad hombre y mitad serpiente. La forma humana indica la individualidad del hombre, ya que Él ha sido dotado con la inteligencia para usar sus propios esfuerzos para alcanzar la meta. La forma de la serpiente sugiere el movimiento y la continuidad de Sadhana, que no puede terminarse hasta que el objetivo sea alcanzado.

Patañjali nos guía a movernos como una serpiente, intensa, silenciosa y veloz sobre la senda del yoga y ser un tivrasamvegin, el tipo definitivo de discípulo. Si han entendido el significado, ofrezcan sus rezos con una mente devota, de modo que sepan qué entiende el Sabio Patañjali por tajjapah tadarthabhavanam, que significa: reciten las oraciones conscientemente, repetidamente, con devoción.


* Texto extraido de "Yogadhara; In Commemoration of the 80th Birthday Celebration of Yocarya B.K.S. Iyengar" (2000).


sábado, 2 de enero de 2021

"El mecanismo fundamental del Yo: La autoidentificación



Javier García Campayo es profesor de Psiquiatría en la Universidad de Zaragoza, donde dirige el Master de Mindfulness, pionero sobre este tema en una universidad española. Reproducimos a continuación un fragmento de su libro: "Vacuidad y no dualidad: meditaciones deconstructivas del yo", publicado por Kairós.

Si alguien te pregunta «¿cuántos años tienes?», y pongamos que contestas: «cuarenta años», lo que estás diciendo es que tu cuerpo, con el que está identificando el yo en ese momento, tiene la edad descrita. No decimos «el cuerpo tiene cuarenta años», sino que «yo tengo cuarenta años». La tendencia a considerar que somos un aspecto de la experiencia global que tenemos en ese momento lo llamamos identificación.

Imagina que esa persona quiere saber «¿de qué religión eres?», y contestas: «agnóstico». El cuerpo no tiene ninguna religión. Ahí te estás identificando con tu mente, concretamente, con los pensamientos que hay en tu mente. De nuevo no contestas: «la mente es agnóstica», sino «yo soy agnóstico». Te has vuelto a identificar. Pero hay una discrepancia: ese pensamiento seguramente no tiene cuarenta años como tú y tu cuerpo, sino que es muy posterior, pongamos veinte años. ¿Por qué no dices que tienes veinte años si tú eres tus pensamientos? Porque para esa pregunta concreta de la edad te estas identificando con tu cuerpo, no con tus pensamientos.

También nos pueden interrogar: «¿Cómo estás de ánimo?», y puedes contestar: «Feliz». Realmente, es una emoción, un estado de la mente. Por cierto, poco duradero, quizá días o meses, pero no cuarenta años. Lo que pasa es que ahora te estás identificando con la mente, concretamente con las emociones que hay en ella, y no con el cuerpo. No dices: «La mente es feliz», sino: «Yo soy feliz».

Por último, te pueden preguntar «¿Qué deseas hacer por la tarde?» Y puedes contestar: «Ir al cine». Ahora te estás identificando con los impulsos o deseos de tu mente. Por cierto, igual tu cuerpo está muy cansado, porque por la mañana has hecho deporte. Entonces no piensas que «el cuerpo prefiere quedarse en casa», sino que «tú estás muy cansado». Cuando decidas si vas o no, ¿quién decide?, porque tú eres el cuerpo y eres los pensamientos de la mente.

Alguien pasa corriendo a tu lado y te propina un intenso pisotón en el pie. En realidad, han pisado tu cuerpo, pero tú dices: «Me has hecho daño». La sensación de dolor, sobre todo si es intensa, hace que la aparición del yo sea automática. Ahora te has identificado con las sensaciones, que pueden ser tanto corporales (dolor, picor, hormigueo) como de los sentidos (sonidos, olores, sabores, objetos visuales y sensaciones táctiles). 

En suma, el yo aparece por identificación con el cuerpo o con los cuatro fenómenos mentales o agregados, como los llama la tradición budista, que son: 

  1. Sensaciones (del cuerpo y de los sentidos),
  2. Pensamientos,
  3. Emociones y
  4. Impulsos o deseos.

Por tanto, el yo tendría que ser uno de esos cinco elementos o, como alternativa, el poseedor/observador de esos elementos.

Poema visual de Carmen Peralto
Ilustración: "Mascaradas" de C. Peralto
 

Ejercicio: entender la identificación del yo

Siéntate en una posición cómoda. Imagina cualquier pregunta que te pueda hacer otra persona sobre ti. Cuando respondes «yo... lo que sea», observa con qué elemento te estás identificando en ese momento.

Cuando buscas el yo, ¿puedes percibir que es exclusivamente alguno de estos cinco elementos? ¿O notas que, a veces, se identifica con cada uno de ellos, pero no con solo uno, y que va cambiando continuamente la identificación?

¿Hay alguna vez que no te identifiques con ningún elemento y contestes de forma impersonal? Seguramente, vas a contestar que no. Si es así, intenta entender por qué no. Y si es que sí. ¿qué sensación te produce cuando contestas de una forma impersonal?

¿Hay algún otro elemento diferente de estos cinco con el que el yo se pueda identificar?


Fuente: Garcia Campayo J. Vacuidad y No Dualidad: meditaciones deconstructivas del yo. Barcelona: Kairos, 2020.