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domingo, 11 de diciembre de 2016

Profundizando en la práctica de ashtanga yoga. Taller con José Carballal

Altar ashtanga del taller de José Carballal con foto de Carmen Peralto
Guruji y su altar (foto de C. Peralto)
Terminando noviembre y con las primeras lluvias del otoño, concluyó el taller que José Carballal, de Mysore House Madrid impartió en Esana Yoga (Sevilla) sobre la práctica y profundización en ashtanga yoga.

“Ahstanga yoga no es lo que parece” (una de las etiquetas que más se repite en la redes sociales de Mysore House Madrid) y menos aún, lo que nos quieren hacer ver quienes no lo han practicado nunca, lo abandonaron hace años para hacer otros “ashtangas” modificados según sus criterios, o directamente, sufren un terrible desconocimiento.

En el primer fin de semana, se abordaron la mayor parte de los aspectos físicos..., que es la porción que se ve fácilmente. En el segundo..., la espiritualidad, los obstáculos, los bloqueos...


En estos días intensos de ashtanga en Sevilla, José Carballal nos ha querido transmitir, sobre todo, o al menos en mi opinión, lo que es el respeto y la devoción a una práctica y a unos profesores. Un respeto y devoción profundos y un amor, sin lugar a dudas, verdadero.

Hacia una práctica física cómoda y estable.
Los Yoga Sutras son la base teórica o filosófica de la práctica de ashtanga. Y es en los Yoga Sutras escritos por el sabio Patanjali donde se recomienda una práctica constante, durante un período de tiempo prolongado, sin expectativa de resultados. Estas condiciones son absolutamente indispensables para una evolución interior verdadera. 
De estos antiguos aforismos surge el concepto de Ashtanga (Ashto significa ocho y anga significa práctica).
Patanjali nos enseña que las ocho etapas deben ser practicadas en orden para purificar y acoplar la mente, el cuerpo y alma, así al final del viaje será posible recoger los frutos del árbol del Yoga.

Ilustración de Carmen Peralto: Las ocho ramas del yoga
Las ocho ramas del yoga (ilustración: C. Peralto)
  • Yamas (códigos morales, comportamiento)
  • Niyamas (purificación personal y estudio)
  • Asana (postura)
  • Pranayama (regulación de la respiración)
  • Pratihara (control sensorial)
  • Dharana (concentración)
  • Dhyana (meditación)
  • Samadhi (contemplación realización personal o estado de felicidad o iluminación).
En palabras del propio Pattabhi Jois, las cuatro primeras ramas son “externas”, donde nos es posible corregir o modificar..., las restantes son “internas”, imposibles de corregir.


Las asanas, como nos contaba José Carballal, se basan en un principio básico, reflejado en otro de los Yoga Sutras: 


A la hora de la práctica del ashtanga yoga, debemos tener en cuenta este precepto e igualmente, debemos intentar lograr “tristana”:
  • Respiración: Inhalación y exhalación con la misma duración.
  • Bandhas (Mulabandha, Uddiyana Bandha y Jalandhara Bandha).
  • Dristis o puntos adonde se dirige la mirada en cada postura. (punta de la nariz, entrecejo, ombligo, palma de la mano, pies, hacia la derecha o hacia la izquierda, pulgares, hacia arriba).
La consecución de las posturas o incluso, la práctica recomendada (6 veces en semana, “asanas son 2 horas, yoga…24” en palabras de Sharath Jois) se ve obstaculizada por múltiples factores de nuestra vida diaria, trabajar con esos obstáculos o con las excusas que nosotros mismos nos buscamos, también formó parte del Taller.  

José nos enseñó también a afrontar las asanas sin exigencias tiránicas, aunando una parte guerrera, una parte amorosa y otra con la diversión y la falta de expectativas con las que un niño enfrenta cualquier situación.

Tener una práctica de asanas suave con nosotros mismos, individual, sin que tengamos en cuenta el nivel de los que nos rodean, sin altibajos emocionales según nos haya ido ese momento..., con desapego de los resultados buenos o malos, pero planteándonosla desde la seriedad y la honestidad.

José Carballal finalmente nos quiso transmitir la experiencia de una clase guiada en Mysore. Las sensaciones que ha experimentado en todos estos años de ashtanga con su maestro Sharath Jois... y la emoción surgía profunda cuando nos mostraba imágenes o grabaciones de Pattabhi Jois, ese hombre que sólo he conocido por videos o fotos, con pinta de buena persona, sencilla, que de pequeño escapaba de su pueblo para ir a tomar clases con Krishnamacharya, que pasó años de necesidades y escasez cuando comenzaba con sus clases de yoga (casi sin alumnos), que mucho más tarde consiguió fama, reconocimiento y respeto, y que hizo de Mysore un lugar fundamental del mapa del yoga en el mundo...

Pattabhi Jois y su KPJAYI, en Mysore (foto: José Carballal).

Y nos adentramos en Mysore...


...en las calles de Gokulam..., el polvo o el barro, según la época del año, los olores, las fragancias intensas de las flores, los colores de los vestidos y de los dioses, el escándalo de bicis, motos, camiones, animales..., el vendedor de coco o de mango vociferando... Seguíamos andando hasta el número 235...y subíamos las escaleras sembradas de zapatillas y chanclas por todos lados... y aún ni había amanecido... y entrábamos en la sala... y finalmente, sobre la esterilla, en Samasthiti, Guruji recitaba el mantra:


y la práctica continuaba con una clase guiada por Sharath Jois..., y poco a poco, los sonidos de Mysore se mezclaban en mi cabeza con los de las calles de Sevilla y me sentía en un limbo, en un universo extraordinario, porque me sentía allí aún estando en nuestra Andalucía. Y ya no era el claxon de la motocicleta… eran las campanas de las iglesias cercanas, fundidos ambos en conexión perfecta. Y en el camino de vuelta, la lluvia nos seguía acompañando, pero era una lluvia esplendorosa, refrescante y vigorizadora, porque volvíamos llenos de inspiración y buenos momentos.


Muchas gracias José por compartir tus conocimientos y parte de tu propia experiencia. Parampara, Guruji, Sharath, Mysore…

Ashtanga yoga no es lo que parece. Y quien quiere verlo…lo ve.