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viernes, 27 de mayo de 2016

"Masala" en yoga: mezclas frente al Parampara


En la India, todo viene con "masala", una mezcla de especias para mejorar el sabor de la comida. Pero cuando se trata de tradiciones de yoga, no hay mucho Masala, más bien existe lo contrario: el Parampara.

De las mezclas (masalas) de los nuevos yogas... y otras consideraciones interesantes (artículo original en inglés en http://www.yogaspace.com.au/masala-yoga-mixing-it-up-or-getting-mixed-up/).

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En la India, todo viene con "masala", una mezcla de especias para mejorar el sabor de la comida. Pero cuando se trata de tradiciones de yoga, no hay mucho Masala, más bien existe lo contrario: el Parampara.

Parampara es el paso directo del conocimiento del maestro al estudiante a través de generaciones. A medida que el yoga gana auge en Occidente el Parampara casi está perdido y parece que hay un anhelo constante de "Masala": Algo nuevo, picante, juguetón, exótico para motivarnos a ponernos en nuestra esterilla de yoga.

En esa búsqueda constante de algo mejor, pero de alguna manera con el deseo de mantenerse en contacto con la tradición, profesores de yoga están creando un "Masala" de la enseñanza de los maestros de yoga más respetados del mundo.
En nombre de la innovación y la creatividad no hay ningún problema aquí: darle un nuevo nombre, que sea atractivo y que no sea demasiado confuso. Hay un lugar para la creatividad en todos los ámbitos de la vida. 
Pero en lugar de eso, lo que está sucediendo es que vemos a maestros que usan la popularidad y la reputación de ciertos estilos de yoga, haciendo un Masala (mezcla) de ellos, pero no llaman a este masala con un nombre nuevo. Por lo general, los maestros no están calificados para enseñar estos sistemas y son incapaces de ver que están dejando fuera lo que es más importante en las tradiciones que se están mezclando.

Lo más común es una mezcla de Ashtanga Yoga y Yoga Iyengar


Los dos grandes maestros de grandes estilos de yoga que han llegado a nuestros días: Iyengar y Pattabhi Jois.

El trabajo de Pattabhi Jois (Guruji para mí) popularizó Ashtanga.
E Iyengar creó uno de los estilos más influyentes del mundo del yoga: el Yoga Iyengar.
Ambos eran estudiantes de Krishnamacharya, sin embargo, enseñaron muy diferentes formas de yoga. ¿Porqué es eso? Bueno, como muchas personas han dicho, tal vez Krishnamacharya dio diferentes enseñanzas, a estudiantes diferentes.

El método Vinyasa que compartió con Jois se convirtió en el sello distintivo de la práctica de Ashtanga Vinyasa. Mientras que el Sr. Iyengar ciertamente practicó este sistema vinyasa él mismo en sus primeros tiempos (como se puede ver en youtube), y refinó su propia práctica y su sistema de enseñanza a largo de las décadas, lejos de su gurú en lo que ahora sabemos que es el Yoga Iyengar.

Ambos sistemas funcionan. Lo he visto. Los maestros en ambos sistemas han pasado muchos años en la práctica y no son meros graduados de cursos de formación de 200 horas. El estudio de los sistemas de Iyengar y Ashtanga han sido el trabajo de todas sus vidas.

Sin embargo, estos días nos encontramos con demasiadas personas que mezclan los sistemas y no están haciendo ningún favor a nadie.

El yoga Iyengar es altamente técnico y los profesores lo han aprendido después de haber  estudiado el cuerpo y sus patrones de movimiento durante muchos años para llegar a ser  maestros en esta tradición.

Altar en la sala de yoga Prana Yoga (Málaga), con la foto de Pattabhi Jois (foto: C. Peralto).

Los profesores de Ashtanga (buenos maestros calificados por el KPJAYI en Mysore) han puesto sus corazones, cuerpos y mentes en el sistema de vinyasa a través de muchos viajes a Mysore (India) y entender que en esencia Ashtanga yoga no es sólo un sistema de vinyasa, en el fondo es una práctica bhakti (práctica devocional).

Cuando mezclamos los sistemas no se llegan a experimentar los frutos de lo que Iyengar y Jois descubrieron a través de sus décadas de práctica. En su lugar tenemos una mezcla-puré de sistemas y eventualmente a confundidos estudiantes.

Para mí Ashtanga Yoga es una práctica centrada en el corazón. La belleza de la práctica es que se hace en silencio, la alineación es interna —alineado con la respiración, el movimiento y el drishti—. Las nociones de la alineación exterior en este sistema fuerzan el cuerpo con las ideas arbitrarias de cómo el cuerpo se debe ver o expresar en una postura determinada. En realidad, la expresión de la postura será diferente para cada individuo.

Es un problema de la enseñanza del yoga en estos días que los maestros de yoga creen que saben mucho sobre la alineación, la anatomía y cómo funciona el cuerpo. 
Sin unos estudios profesionales de anatomía o de fisioterapia simplemente estamos arañando la superficie de lo que podríamos saber. Debido a esos deficientes conocimientos, con la falta de un estudio académico riguroso, los maestros usan conceptos de alineación simplistas e ideas a menudo en blanco y negro de lo que es correcto y lo incorrecto en las posturas.

A menudo se pretende extraer este enfoque en la alineación del sistema Iyengar, porque Iyengar se centra en la alineación. Sin embargo, la alineación que se enseña en Iyengar Yoga (como lo he experimentado) es profundamente vivencial. (...) Se invita al practicante a ahondar en su propia práctica y y la forma en que está trabajando, manteniendo posturas y en movimiento. No se necesitan parámetros de alineación simplistas, porque para ser un maestro de Yoga Iyengar se debe haber llevado cabo muchos años de estudio dedicado y supervisado con un maestro.

Un enfoque intenso en la anatomía no tiene lugar en Ashtanga Yoga. Yo, como profesor de ashtanga, sé cómo adaptar y trabajar con personas de todas las etapas de la vida y situaciones dentro de la práctica. Esto viene de la experiencia en la enseñanza. La mayoría de las veces, en lugar de forzar una postura a un estudiante, estoy feliz con ellos trabajando y descubriendo la postura a su debido tiempo.

El yoga no es inherentemente inseguro y los estudiantes son capaces de aprender mediante la experiencia. Cuando tratamos de forzar el cuerpo en la forma en que debe ser o lo que se debe hacer a través de nociones equivocadas de "alineamiento", de haber asistido a unos talleres de anatomía y algunas clases de Iyengar, les robamos a los estudiantes una oportunidad de experimentar un sistema en su plenitud.

Para mí eso demuestra una falta de fe. Tengo fe en el sistema de Ashtanga, sé que funciona. Tengo fe en mi maestro Sharath Jois. Hay Bhakti, la devoción a la práctica, a Guruji y Sharath por seguir este precioso linaje. No me cabe duda de que funciona, por lo que no hay que añadir una capa de reduccionismo occidental a mis enseñanzas. 

Siempre que continuamente nos centramos en la anatomía y la alineación física, nos alejamos de la experiencia de estar en el momento. La dualidad entra en acción y tratamos de llevar el cuerpo a un lugar al que no está listo para ir. No sólo podemos lastimarnos, también hay una falta de amor propio, de aceptación, hay una falta de fe.

Iyengar y Ashtanga no estaban destinados a ser mezclados. Como diría Guruji "tener muchos profesores es una locura". Pruebe un sistema con un profesor cualificado y aferrerése a él, profundizando en ese yoga. 

Tenemos la suerte, a través de la obra de Geeta y Prashant Iyengar y de Sharath Jois, de poder descubrir todavía la plenitud y la riqueza de dos sistemas de yoga como Iyengar y Ashtanga. Todavía podemos aprender con estas personas, y nunca es demasiado tarde para aprender estos sistemas correctamente! Encontrar un maestro, el estudio intensivo, y luego ir a la India (Pune o Mysore).

Margaritas silvestres y mantra de inicio de ashtanga yoga (foto: C.Peralto)
Hemos visto una y otra vez personas que son desanimadas sobre ir a Mysore. Entonces a veces una década más tarde, van y todo cambia una vez que se convierten en parte del parampara (linaje) de Ashtanga Yoga. 

Las personas que han sido reacias han valorado la experiencia inmensamente y otros se dan cuenta de lo que han perdido, o lo que por alguna razón desconocida, sus propios maestros les han impedido experimentar. 

Porque ir a la fuente, al origen, ya se trate de Mysore o de Pune es un acto de gratitud, de agradecimiento a una práctica que ha traído tanto. Dar gracias nos ayuda a florecer como personas. Así que, entrégate a a algo más grande que tú, sé humilde y fiel a la práctica y al sistema. Entonces es cuando se produce la magia.

(Enlace al artículo original de Jane Byrne aquí.)