En 2003, diversas circunstancias familiares propiciaron mi primer viaje a la India. Fue un recorrido cien por cien turístico, pero esos 20 días por allí, haciendo kilómetros y viviendo, aunque sea un poquito, lo que es ese enorme país, me hizo volver llena de recuerdos, imágenes de los colores, las bellezas, las fealdades, lo mágico y lo irrepetible. Parte de esos recuerdos los publiqué en forma de pequeños textos o prosas poéticas ese mismo año, en el cuaderno "Ciudad abandonada". Aquí los comparto con vosotros.
niñas de Mandawa
Vamos sobre el barro caminando por las calles, buscando en las havelis de los mercaderes los frescos que perduran. Nos acompaña ahora un pesado juglar con sus canciones, varios niños saltan a nuestro paso, remolinean alrededor, zumban en los oídos. Son niños pobres, niños que piden y te cuentan historias fantasiosas. La piedad llega así y se multiplica.
Más abajo, entre el barro y sobre el barro, pasan cogidas de la mano las dos niñas de Mandawa. Lazos azules, trenzas negras, la cartera, los cuadernos, los zapatos brillantes sobre el lodo, entre el estiércol. Van las niñas sonrientes al colegio y comienza a florecer la primavera.
Jodphur |
la leyenda de la ciudad azul
Ciudad de caravanas azules, ciudad iluminada por la música de los juglares callejeros. Danzan los niños al son del sitar, las manos trazando jalis en el aire. Miran los niños con los ojos alegres. Azules son tus calles, azules las casas más abajo del precipicio. Vuela el halcón en círculos sobre la fortaleza de las siete puertas. Reposa Jodphur adormecido.
Paloma torcaz en un edificio de Rajasthán. |
en del paraíso
Florecen las parras bajo el sol ardiente, las higueras de agua, el kamal, el azafrán. El parterre ordenado y geométrico. Manantiales brillantes surgiendo de la piedra, blanca quietud del atardecer.
En el lago sagrado de Pushkar (septiembre, 2003) |
lago sagrado
Lago sagrado pleno por el Monzón, rebosan en tus aguas los dones y los peces. Bajando por los escalones de mármol blanco, acabé sentándome en tu orilla con las manos llenas de pétalos que ofrendarte. Oigo al charlatán y su ritual obedezco, porque si tú ejerces el milagro, lo necesito.
ciudad abandonada
Planicie de arenisca enrojecida, piedra labrada en celosías. Palacios del sultán mogol, terrazas desoladas. Patios donde danzaban las bailarinas bajo las luces de Uttar Pradesh. Cobijo de palomas torcaces son tus lugares.
Todos te miran y preguntan tu nombre. Han leído, han repasado la memoria, recorrido el país y ahora llegan a ti y preguntan tu nombre.
Tú paseas a nuestro lado, arropando entre sombras el canto, escondiendo al mendigo, alimentando al chitar en tus orillas, sumergiendo estos muros en tus aguas.
Solo en ti encuentro el reflejo de lo más puro.
amanecida
Vamos de amanecida esperando al fin conocerte, vamos a inundarnos de tu miseria y tu gloria. El día llega gris y pesado, las callejas, inmundas y fétidas. La multitud va a la orilla y nosotros con ella. Lodazal empantanado, agua opaca y densa. Marea humana durante el baño (no parece importarles tu turbiedad). Las hojas flotan en la corriente, con diminutas velas encendidas, pétalos de vida y esperanza que salen a tu encuentro.
Nota. Las imágenes de esta entrada, a excepción de la del lago de Pushkar, son libres de derechos y encontradas en la red.