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El pez pregunta a la tortuga |
Ramiro Calle es un gran maestro del yoga y de la filosofía. Con decenas de libros publicados, transmite el amor a esta práctica milenaria y a la India, país que conoce ampliamente.
Estas "Historias espirituales de la India" forman un conjunto bellísimo y aleccionador de pequeñas fábulas, que nos dejan una profunda enseñanza espiritual.
Los relatos van acompañados de versiones mías de ilustraciones estilo Madhubani.
Espero que los disfrutéis tanto como yo.
"En veinte ocasiones he viajado al Oriente místico y en trece de ellas he recorrido extensamente la India, a fin de "cazar" hombres santos, grandes yoguis y altos lamas, y entrevistarles para mis obras. He recorrido ese asombroso e irrepetible continente que es la India, de norte a sur y de este a oeste, desde la grandiosidad de los Himalayas a las extensas planicies, desde las enormes junglas a las hermosas bahías, explorando la espiritualidad viva de este país de grandes sabios y custodios de la más elevada espiritualidad. Y con motivo de todos esos extensos recorridos, he tenido ocasión de ir recogiendo cuentos e historias espirituales no sólo de una elevada significación mística, sino de una extraordinaria belleza narrativa. Estas historias dicen en pocas líneas más que lo que puedan expresar volúmenes enteros." Ramiro Calle.
El pez pregunta a la tortuga
Aunque por nuestra ignorancia se nos oculta, el Sí-mismo debería sernos tan evidente como el agua debería serlo para el pez de esta historia.
Un pez se deslizaba por el agua. De repente sacó la cabeza y vio en la playa una tortuga, a la que preguntó:
—Tortuga, ¿qué es el agua?
Y la tortuga repuso:
—Has nacido en el agua, en el agua estás viviendo y en el agua morirás. Fuera de ti hay agua; dentro de ti hay agua. Te alimentas de lo que encuentras en el agua. ¡Pez necio!, ¿me preguntas a mí qué es el agua?
Ansioso por conocer la madera de sándalo
No conocía la madera de sándalo y había escuchado mucho sobre sus excelencias. Nació en él un fuerte deseo de conocer esa clase de madera y entonces día tras día comenzó a escribir cartas a sus amigos, haciendo en todas ellas la misma petición: "Por favor, enviadme madera de sándalo".
Y un día, de repente, descubrió que el lápiz con el que llevaba meses escribiendo aquellas cartas, era de olorosa madera de sándalo.
No, tú te ocupas de ti y yo de mí
—Para evitar que nos ocurra algún accidente, lo mejor será que yo me ocupe de lo que tú estás haciendo y tú de lo que yo estoy haciendo.
Pero la niña replicó:
—No, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te ocuparás de ti, y así, estando los dos muy atentos a lo que cada uno de nosotros hacemos, no nos ocurrirá ningún accidente.
Atentos, conscientes de sí mismos y vigilantes: así deben ser los buscadores espirituales.