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| Los rizomas de la cúrcuma con su maravilloso color anaranjado/dorado. |
La cúrcuma es pariente cercana del cardamomo y del jengibre, con la que guarda gran parecido. De hecho el jengibre y la cúrcuma pueden confundirse muy fácilmente si están frescas y aún no han sido cortadas, dado que el color de la cúrcuma es muy distintivo.
La cúrcuma (cúrcuma longa en latín e Indian saffron, turmeric o yellow ginger en inglés), es nativa del sur de Asia, en particular de la India, país que es su mayor productor. Pertenece a la misma familia del gengibre y en sánscrito se llama haridra que significa "la amarilla", gauri "aquella cuyo rostro es brillante y luminoso", kanchani "Diosa de Oro" y aushadhi "hierba". En hindi se le llama comunmente "haldi" (amarillo).
La cúrcuma se encuentra comúnmente en el curry indio, dando a los alimentos un color como de "naranja dorado". La cúrcuma también ha sido utilizada como colorante para mostazas, caldo de pollo en lata y encurtidos. Incluso las túnicas de los monjes budistas fueron teñidas tradicionalmente con cúrcuma.
Las propiedades curativas de la cúrcuma se encuentran en el tallo de oro con forma de dedo o rizoma (es la misma parte que se utiliza para dar sabor, color y conservar los alimentos).
Es interesante que la incorporemos en la dieta por todas sus cualidades farmacológicas, ya que la cúrcuma es un antiinflamatorio de gran alcance, cuya eficacia es comparable a los medicamentos farmacéuticos.
La comunidad científica acepta que la cúrcuma puede ser uno de los responsables de la gran diferencia en la cantidad de cánceres entre India y países occidentales. Se ha constatado su efecto antitrombótico, antiinflamatorio, hipocolesterolemiante, antioxidante y anticanceroso.
También actúa como un alterativo (limpia la sangre), analgésico, antibacteriano, antialérgico, antiséptico, antiespasmódico, astringente, carminativo (disipa los gases intestinales), colagogo (promueve la función del hígado), digestivo, diurético (elimina exceso de líquidos), estimulante y vulnerario.
